El proceso

Es momento de poner manos a la obra, de representar todo lo expresado en posts pasados en algo, momento de plasmar mi opinión en una representación artística de la misma postura... Sin embargo, lo difícil de esto no es generar una postura al respecto sino crear algo tangible que llegue a generar alguna reflexión o despertar algún sentimiento en los observadores.

Este proceso fue complicado, era mucho lo expresado y tanto lo que se deseaba transmitir que no podía encontrar una idea de como resumirlo. Fue una etapa que no duró solo horas, sino días enteros de cuestionamiento de como podría ser la mejor forma de representar lo analizado en algún objeto. Esto, aunado al requisito de que debía contener elementos tecnológicos, aumentaba el grado de dificultad del análisis de manera exponencial.

 Era tanto el tiempo que le daba vuelta a la misma información tratando de encontrar una solución que terminé varios días con dolor de cabeza. Es por eso que puedo afirmar que esta etapa fue de la más difícil de realizar hasta ahorita, sin embargo creo que al final logré una obra de arte implícita de mi pregunta.

Después de dar vueltas constantes en mi cabeza de la misma idea, surgió una vaga idea de representación para el tema. Inmediatamente me lancé al Office Depot a buscar lo que necesitaba, me pasé después por Steren para comprar una bola de cables y foquitos para poder agregar el circuito al proyecto. Finalmente, al llegar a mi casa comencé a trabajar de manera efusiva esperando que ningún detalle se me escapara de la idea que había tenido horas atrás.

Decidí que la parte más importante a reflejar debía de ser aquella que realmente hacia alusión a la idea principal, que fuera más allá de opiniones y teorías. Es por eso que plasmé de cierta forma todas las decisiones que como persona he tomado a lo largo de mi existencia, plasmé de igual manera todas las causas como consecuencias de esas elecciones y como todo eso está relacionado entre sí, formando un todo.  Esta representación la hice con algo tan simple que existe en nuestra vida diaria: una liga. Pero, ¿por qué este elemento y no otros?, creo que la liga es algo interesante que pasamos por alto en nuestro día a día, aunque es un elemento que se adapta a diferentes de nuestras necesidades, es manejable y flexible, se propone diferentes soluciones. Es por eso que creo que era el elemento ideal que permitiría representar de manera divertida pero interesante a la vez la cadena de decisiones / acontecimientos de la vida de una persona.

Antes de elegir los elementos de Steren, le di mil vueltas a la idea de esta implementación, pero en eso recordé la primer clase de la materia en la que se cuestionaba la definición de tecnología en donde se llegó a la conclusión que este término era la integración de técnicas o recursos que ayuden al individuo a resolver o conllevar algo. Es por eso que llegué a decidir que el tema tecnología era solo un término, no algo tan complicado de agregar, por eso decidí que algún elemento de luz podría ser interesante de agregar en la obra de arte.

Los foquitos y el resto de elementos electrónicos que había comprado en Steren para representar el ciclo interminable de esto iban a ir originalmente en el fondo del patrón de hule, sobre el corcho donde todo estaba montado, sin embargo decidí ir a clase sin eso resuelto ya que sentí que no lograba representar suficiente lo que deseaba.

En resumen, la obra representa todo lo que pasa en nuestra vida, tanto bueno como malo, hace referencia que todo proviene de una acción y tiene una reacción que como consiguiente tiene una acción que genera una reacción.... y así de manera cíclica interminable que llega a formarnos en seres humanos, llega a convertirnos en los individuos que somos hoy en día y seremos en un futuro.

Más allá...

El destino; justificante para unos, un ser supremo para otros y una palabra sin mucho peso para algunos más; no es más que una palabra descrita en el diccionario pero, ¿Qué significa realmente?. 

Según la Real Academia Española, el destino no es más que la fuerza desconocida de la que se cree que actúa de forma inevitable sobra las personas y los acontecimientos. Sin embargo, esta definición da paso a muchas interpretaciones y distintos alcances, entonces ¿Hasta dónde llega el poder de esta fuerza inalterable?

Es cierto que el destino es algo que va más allá de la suerte y las casualidades pero no por ello significa que nosotros como seres humanos no tenemos ningún control sobre el curso de nuestra vida. Muchas personas atribuyen cada suceso de su vida al destino, siendo este el justificante para cada acto positivo / negativo  que a este le suceda. Sin embargo, esta actitud no es más que el reflejo de una personalidad impotente y frágil. 

Las únicas cosas que están seguras en nuestra vida es que nacimos con un objetivo y que vamos a morir en algún punto de la línea del tiempo, sin embargo lo que está de por medio es incierto, nosotros como seres humanos tenemos que aprender a vivir con esa incertidumbre y sacar provecho a todas las oportunidades que se nos presentan, teniendo siempre presente que nuestra vida no es más que una cadena de acción / reacción y que de todo lo que suceda hay una causa como una consecuencia. Tal y como dice William Shakespeare: "El destino es el que baraja las cartas, pero nosotros somos los que jugamos." 

Para justificar un poco más esto, se puede hacer referencia al filósofo francés Jean Paul Sartre, que a lo largo de su vida desarrolló diferentes teorías o pensamientos que pueden relacionarse con lo analizado a lo largo de este post. Jean Paul a lo largo de su vida no solo mencionó que el arte es mera irrealidad y que es complementada por la imaginación sino también mencionó que nosotros seres humanos somos responsables de nuestros actos y que la "existencia precede a la esencia". Nosotros como personas pensantes somos los responsables de construir aquello que nos definirá y que por ende formará nuestra esencia. Y si, el no tomar decisiones al respecto es también un acto que formará parte de nuestra persona.  

Sin embargo, yo si creo que cada libro que veo, cada canción que escucho, cada fotografía que observo y cada persona que me llego a topar han estado ahí por algún motivo y ese motivo es para ayudarme a entender el por qué de todas las cosas tanto buenas como malas que han sido parte de mi pasado, para aprender de mis errores y aciertos, para valorar el tiempo que se me da como una nueva oportunidad y por último, para ganar una nueva experiencia que a la larga trae consigo algo positivo, y que, a pesar de que no rinda frutos en el presente, los traerá en un futuro. 

Es por eso que de hoy en adelante me propongo analizar cada hecho que suceda relevante en mi vida y esto no con el objetivo de encontrar una justificación o tratar de conectar puntos donde no hay conexión alguna, sino de aprender y tener presente que esta vida no es más que una serie de eventos entrelazados por causas y consecuencias.  

¿Coincidencia?

A partir de hoy comienzo el reto de escribir un poco de todo, dejar que las ideas fluyan y no se queden solamente en mi cabeza, sino que puedan permanecer plasmadas en algún lado, esto para que sirva como prueba de que realmente fueron parte de mi en algún instante.

Hablando un poco de mi, soy una estudiante de diseño industrial que esta a punto de salir a la vida real. Soy una persona muy curiosa, extrovertida, organizada y explosiva, me gusta ser diferente de cierta forma, no seguir a la multitud, ser independiente y tener el control, descripción muy lógica de mi persona tomando en cuenta que mi signo zodiacal es acuario.

Dejando de lado mi persona comienzo a hablar acerca del análisis de esta semana que surge de un proyecto de la clase para la cual se desarrollará este blog. Se tenía que elegir una pregunta que fuera interesante de explorar, y con explorar hace referencia a ponerla en discusión frente al salón durante la próxima sesión. Es por eso que decidí presentar una pregunta que no es nueva ya que es algo que me he cuestionado constantemente durante mucho mucho tiempo y que, además, no solo me lo he preguntado yo sino que también millones de personas desde siglos y siglos atrás han concordado conmigo.

Se han preguntado el por qué estamos hoy donde estamos? el por qué estamos en esta clase rodeados de estas personas? o el por qué el día de hoy decidimos ponernos la ropa que traemos en este instante? o simplemente por qué nos ha pasado todo lo que ha ocurrido a lo largo de nuestra vida, y con todo hago referencia a todas esas cosas malas, buenas, a las tristezas, los desacuerdos y las alegrías?

Hay canciones, libros, cuentos, poemas y hasta películas que llegan a cuestionarse esta temática y es que, el no saber si todo tiene un motivo o  es cuestión de suerte es algo que suele ser algo perturbador. Esto se debe a que por naturaleza al ser humano le gusta aprender y conocer, tener certeza de las cosas ya que esto nos brinda poder y seguridad en nosotros mismos.

Hay teorías que plantean que todo tiene un por qué, que todo está inevitablemente ligado a una causa que tiene que ver con la naturalidad de las cosas, con una razón universal que rige a nuestro planeta. Toda situación, experiencia, anécdota o interacción ocurre por una razón que va más allá de nuestro conocimiento y que se muestran ajenas a la casualidad. Sin embargo, nosotros como seres pensantes y sentientes tenemos la capacidad de decisión sobre estos actos, nosotros podemos decidir como nos afectan y como reaccionamos ante ellos.

Sin embargo hay otras teorías que son más escépticas a este concepto, estas recalcan que nada de lo anterior es cierto y que las cosas suceden debido a la persona, esta es la encargada de forjar su futuro y trabajar por las cosas que vendrán más adelante. Nosotros mismos somos las causas y las consecuencias de todo lo que ocurre en nuestras vidas.

Entonces, ¿realmente todo pasa por algo, en el momento exacto que deben de ocurrir o todo es mera coincidencia?